viernes, 27 de septiembre de 2013

Unidad 2 - El destronamiento de Crono


Crono (Saturno) se casó con su hermana Rea (Cibeles), a quien está consagrado el roble. Pero la Madre Tierra (Gea), y también su moribundo padre Urano, habían profetizado que uno de sus hijos lo destronaría. Así pues, se tragaba a los hijos que le daba Rea: Primero a Hestia (Vesta), luego a Deméter (Ceres) y a Hera (Juno), después a Hades (Plutón), y por último a Poseidón (Neptuno). Rea estaba furiosa. Cuando dió a luz a Zeus (Júpiter), su tercer hijo, en plena noche en Arcadia en el monte Liceo, donde ninguna criatura proyecta su sombra, y después de bañarlo en el río Neda, lo entregó a la Madre Tierra; esta se lo llevó a Creta y lo escondió en la cueva de Dicte, en el monte Egeo. Gea lo dejó allí para que fuera criado por unas ninfas y por la diosa-cabra Amaltea.
Zeus se alimentaba de miel, y bebía la leche de Amaltea, junto con su hermano adoptivo, la cabra Pan. Los Curetes, guerreros muy ruidosos, montaban guardia armada alrededor de la cuna de oro del pequeño Zeus, la cual colgaba de un árbol para que Crono no pudiera encontrarlo ni en la tierra, ni en el cielo, ni en el mar. Los Curetes golpeaban sus escudos con sus lanzas para ahogar el ruido de su llanto y evitar que Crono pudiera oírlo desde lejos. En efecto Rea había engañado a Crono, pues había envuelto una piedra con los pañales de Zeus y se la había entregado a Crono en Arcadia; Crono se la tragó, creyendo que se estaba tragando a su hijo Zeus.
Zeus se hizo mayor entre los pastores de Ida viviendo en otra cueva; buscando venganza Zeus fue en busca de Metis, su prima, qué vivía junto a la corriente del Océano (su padre). Siguiendo el consejo de Metis visitó a su madre Rea y le pidió que le nombrara copero de Crono. Rea le ayudó de buena gana en su tarea de venganza, ya que le proporcionó la pócima vomitiva que Metis le había encargado mezclar con el aguamiel de Crono. Después de tomar un buen trago, Crono vomitó primero la piedra y luego a los hermanos y hermanas mayores de Zeus. Salieron ilesos, y en agradecimiento le pidieron que los encabezara en una guerra contra los Titanes que apoyaban a Crono y eligieron a Atlante (Atlas) como jefe, pues Crono ya no estaba en plenitud de sus fuerzas.
La guerra duró diez años, pero por fin la Madre Tierra profetizó la victoria para Zeus si este tomaba por aliados a los que Crono había confinado al Tártaro. Así pues, Zeus se acercó sigilosamente a Campe, la carcelera del Tártaro, la mató, cogió las llaves y después de haber liberado a los Cíclopes y a los Hecatónquiros, los fortaleció con comida y bebida divinas. Como consecuencias de este acto, los Cíclopes le entregaron a Zeus el rayo, como arma ofensiva; a Hades le dieron un casco que le hacía invisible; y a Poseidón un tridente. Después de que los tres hermanos hubieran celebrado un consejo de guerra, Hades entró sin ser visto en presencia de Crono para robarle sus armas; y mientras Poseidón le amenazaba con el tridente, desviando de este modo su atención, Zeus izo caer sobre él un rayo. Los Hecatónquiros, empezaron entonces a coger rocas y a arrojarlas contra el resto de los Titanes, que huyeron despavoridos cuando al acabar Pan dio un grito repentino. Los dioses corrieron en su persecución. Crono y todos los Titanes derrotados, con excepción de Atlas, fueron recluidos en el Tártaro, y guardados allí por los Hecatónquiros. Atlas, al ser su jefe de batalla, recibió un castigo ejemplar, pues le ordenaron sostener los cielos sobre sus hombros.


Zeus



Zeus y Hera



Hades




Atlas
  


Zeus mamando de la cabra Amaltea





Crono tragándose a sus hijos




Poseidón


      

Los Curetes



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